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La artimaña del pasivo

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Por Mario Cruz López.

Culminaron los cuartos de final del torneo Clausura 2019, dejándonos grandes momentos, grandes goles, pero también grandes decepciones y artimañas.

En esta ocasión, como semifinalista tenemos al Club León. Quien fue súper líder en la fase regular con 41 puntos, y 41 tantos, y que ahora viene de hacer una gran fase de cuartos de final, eliminando a los Xolos de Tijuana, con un marcador global de 5 a 2. América será el encargado de enfrentar al líder, en esta penúltima fase del torneo.

Por otro lado, nuevamente se enfrentarán los dos equipos regiomontanos del fútbol mexicano. Hace unos días se habían visto las caras en la final de la Concacaf Liga de Campeones. Pero esta vez, el Clásico Regio tendrá nueva versión en las semifinales del Clausura 2019. Ambas escuadras llegaron a esta etapa, haciendo válida su posición en la tabla, al empatar en el marcador global con sus rivales en cuartos de final. Tigres y Monterrey, son los otros semifinalistas.

Pero, ¿esto qué tiene que ver con el título de este artículo de opinión?

Pasa que dos de dichos semifinalistas, dieron una mala fase de cuartos de final. Pero eso les alcanzó para poder llegar a esta nueva etapa. Dos de los cuatro equipos, nos mostraron un juego pasivo, que casi les cuesta su pase a la siguiente fase.

Iniciemos con el primero: el América. El conjunto de Coapa había dado un golpe de autoridad, aún sin jugar bien, en el juego de ida contra Cruz Azul. Equipo a quien ya le ha tomado la medida no sólo en liguilla, sino en fase regular. Esa remontada que dio en el Estadio Azteca, de 1 a 3, daba por seguro su pase a la siguiente fase, empero, se complicaron las cosas.

¿Piojo o ratón?

En el juego de vuelta, los Azulcremas no tuvieron relevancia en la primera parte. Los primeros 45 minutos fueron de dominio Celeste. Quienes tuvieron llegadas de oportunidad, pero no pudieron concretarlas. América estaba ausente en la cancha, y si no es por su guardameta argentino, Agustín Marchesín, se hubieran ido al descanso con un gol en contra. No hubo llegada alguna por parte de las Águilas. Permitiéndole así a Cruz Azul, imponer un ritmo de juego que estaba poniendo en aprietos a los de Coapa. Los remates de éstos, fueron o dando por hecho que se estaba apostando por una postura timorata, o conformista debido al resultado del primer partido de cuartos de final.

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Cruz Azul siguió en busca de reducir la ventaja del América, y lo consiguió recién iniciado el segundo tiempo. Fue casi al minuto 48, cuando El Cabecita, cansado de fallar en el partido, acortó distancia en el marcador. La Máquina se puso 1-0 por delante, 2-3 global. Ante ello, América dio pocas señales de reacción a partir de el minuto 75. Las contadas ocasiones que atacaron los de Coapa, se vieron opacadas por su falta de contundencia, y por la defensiva cementera. Cabe mencionar que el único remate que tuvo a puerta el conjunto Azulcrema, fue el de Oribe Peralta, quien estaba en fuera de lugar.

El encuentro tuvo como última jugada, un remate de cabeza con dirección a portería. Obra de  Pablo Aguilar, pero Marchesín salvó al América. Los medios especializados dicen que Cruz Azul poseyó el balón en un 66% del encuentro.

La clásica del Tuca

El segundo pasivo: Tigres. El conjunto universitario, dio una muestra de pasividad en su duelo frente a Pachuca. Tal parecía que su ventaja por el gol de visitante que realizó en el estadio de los Tuzos, quería resguardarla hasta el último minuto.

El partido tuvo pocas llegadas, ya sean erradas, o sin peligro. Fue hasta que Pachuca decidió anotar en el minuto 80, cuando el partido tomó tintes de interesante. Tres minutos después, en un despeje fallido por parte de la defensa del equipo Hidalguense,  Tigres logró conseguir el empate a través de un remate de cabeza, del próximo máximo goleador de la historia del equipo: Gignac. De ahí en fuera, y gracias también a la narración de Enrique Bermudez, el partido se mostró aburrido.  Si no lo creen, vayan a ver un resumen hecho por la misma Televisa, en donde una de las jugadas importantes en todo el encuentro, fue un túnel hecho en media cancha, por parte de Sosa.

Sin embargo, a diferencia del Clásico Joven, en esta ocasión hubo una posesión de balón algo equilibrada. Con casi la misma cantidad de tiros al arco entre Tigres y Pachuca. Cuatro y cinco respectivamente. El partido culminó con un marcador global de 2 a 2. Empero, el pase lo obtuvieron los Universitarios. Gracias a su segundo lugar obtenido en la fase regular, frente al séptimo de los Tuzos.

El premio al más cauto.

En los dos encuentros, estos dos equipos que pasaron a la siguiente fase, nos dieron una cátedra de cómo jugar con pasividad sin morir en el intento. Un partido mediocre por parte de ambas escuadras les fue suficiente para poder ser semifinalistas de la Liga MX. Pese a ser de los equipos con mejor plantilla en el torneo, dieron muestra de cómo se puede jugar como “equipo chico”. Pese a tener millones de dólares reflejados en una alineación que podría espantar a cualquiera.

Al actual campeón del fútbol mexicano, lo puso en jaque nada más y nada menos, que un Cruz Azul moribundo, pero con ahínco. América hizo nada en el segundo partido de cuartos de final, dejando ver su lado más débil: la confianza. Ahora enfrentarán a los Panzas Verdes, quienes dieron una buena fase regular, y están deseosos por otro campeonato. ¿Les alcanzará a los de Coapa? Ojalá la contingencia no los nuble.

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A Tigres, le toca enfrentar a un Monterrey aún sediento de venganza. Quizá la final de la Concachampions, no les fue suficiente (no debería). Habrá que ver la postura que toman los Universitarios. Si es la de el último partido, que se olviden de la final. El quinto grande, no puede serlo mostrando un nivel de juego tan bajo, con una plantilla de envidia. Sólo un toque de suerte los trajo a esta fase, y no se deben confundir.

Piensen el el fútbol

A final de cuentas, la pasividad, confianza, el conformismo o demás adjetivos que prefieran, le ha servido a los dos equipos. Sin embargo, preferimos que los eliminen, antes de volver a apreciar otro juego como el que nos regalaron en los cuartos de final. Todo sea por el bien del fútbol, y de quienes apreciamos tan bello deporte.

Por ahora, la artimaña de jugar mal, rinde frutos. La artimaña del pasivo, es reflejo de nuestro fútbol mexicano.

 

Roberto Guzmán
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